- Nadie entiende de regalos, (dijo ella muy preocupada), los regalos se suponen que los hacemos de corazón, no porque se nos haya pedido un presente, sino por pura dedicación.
Dio vuelta para espiar, y pudo observarlo marchar. No estaba preparada para ese tipo de rechazo, no estaba aun determinada para tal tipo de amor.
Solo quería vivir, sentir, escuchar, pensar. Luego de un tiempo, simplemente actuar. Se daba cuenta que crecer era algo que no podía esperar, debía cambiar, debía madurar.
- No entiendo el apuro de las aves- Dijo la nueva mujer, comprendiendo que no tenía sentido estar hablando al viento.
Tal vez te encuentres con la mejor persona del mundo y la dejes escapar. Pero tal vez, si luchas de mas, te darás cuenta, que no hay nadie mejor que tu, nadie se merece ese "qué". Entonces volvió a su casa, pensando en ya nunca más amar. Quería recibir una carta, quería encontrar una señal. Somos tan tontas las mujeres! supuso en un súbito despertar. Ya no quería rezar, ella ya no quería nada que la pudiera salvar.
Ofrecer todo lo que tienes por nada, y que lo tiren, por nada, eso ha de ser el amor! Volvió a suponer la ahora niña, y ya jamás volvió a ser igual.
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